martes, 1 de diciembre de 2009

...Y fueron felices


Ha pasado casi una semana desde la "Delicata" y a Caperucita todavía se le dibuja una sonrisa cuando lo recuerda. Sobre todo, por las felicitaciones de los que asistieron a la cata.

Para los que no pudieron acudir, ya que me resulta imposible hacerles llegar el ambiente vivido (con música incluída gracias al acordeón de Arnaud) si que puedo comentarles los vinos que pudimos probar. Sin duda, una selección con alma.

En primer lugar, el único representante blanco de la noche, Finca San Blas de Bodegas San Blas de la D.O Utiel-Requena. Tres variedades de uva: merseguera, chenin y chardonnay. En conjunto, un blanco con carácter. Intensas notas florales, pero abriéndose a toques amielados y herbáceos. Untuoso y con una larga permanencia en boca.

Seguimos por la zona hasta llegar a un reconocido vino de la Bodega Mustiguillo: Mestizaje. Esta añada vestida con nueva etiqueta y con un coupage presidido por bobal, además de merlot, syrah, cabernet sauvignon y garnacha. Estupenda alquimia para un vino con cuerpo y sedoso al mismo tiempo, con una ligera lágrima tintada que nos recuerda constantemente la uva de donde procede y el mimo recibido en la barrica.

De la D.O. Manchuela, pasamos a hablar de un vino redondo y equilibrado: Rayuelo, de Bodegas Alto Landon. Otro ensamblaje espectacular, en este caso de bobal, malbec y monastrell.

Y aunque estemos ya en Diciembre, que mejor manera de acabar que hablando de Noviembre de Bodegas el Monegrillo, también en Cuenca. Un vino que desde su literario nombre, su otoñal etiqueta, las variedades empleadas -syrah y cabernet sauvignon-, su larga permanencia en barrica nos lleva a disfrutar de su armoniosa calidez y sus notas balsámicas.

Y el mejor de los trucos para ser más feliz, poder tomarlos entre amigos.